UNA CARTA, UNA SONRISA

 

Al tener noticia de ésta iniciativa, le propuse a mis niñas y niños si querían enviar una carta a esos compañeros y compañeras de Palma que no podían ir a clase por el volcán. Todos ilusionados querían hacerla al momento, Nos pusimos las pilas y llenos de ilusión han escrito sus cartas que han quedado así de bonitas:



Se las entregamos a Cesar, el Jefe de Estudios, que las metió en un buzón mágico, lo cerró, lo volvió a abrir y... ¡HABÍAN DESAPARECIDO! ¡Ya habían llegado a Palma! Las caras de sorpresa de todos mereció la actividad. Volvimos a clase entusiasmados al saber la rapidez del envío.
Unos días después, hemos recibido en el colegio un montón de material nuevo. Y es que cuando se entrega el corazón...el destino no te olvida.